lunes, 29 de abril de 2024

La División Internacional del Trabajo a fines del Siglo XIX

 

La División Internacional del Trabajo a fines del Siglo XIX

 

Hacia fines del siglo XIX, el desarrollo industrial no era igual en todos los países. En el continente europeo, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Bélgica tenían un importante desarrollo económico. Entre ellos se destacaba Gran Bretaña, que se había convertido en la principal potencia económica mundial.

 

    Los nuevos medios de transportes y comunicaciones permitieron establecer intercambios comerciales aún entre zonas muy alejadas. A partir de ese momento casi todos los países del mundo comenzaron a estar vinculados comercialmente.

 

    Poco a poco, la economía mundial se fue organizando de acuerdo con lo que producía y, por lo tanto, con lo que vendía en el mercado internacional. Mientras los países de Europa Occidental, Estados Unidos y Japón se especializaban en la producción de bienes industriales, el resto de los países se dedicaron a la producción primaria (materias primas y alimentos). A este sistema de especialización de la producción e intercambio se lo denominó División Internacional del Trabajo.

 

    Así, el mundo quedó dividido en dos áreas:

• la de los países industriales o centrales y

• la de los países de producción primaria o periféricos.

 

    Pero no sólo se intercambiaban productos. Grandes empresarios, banqueros y ricos comerciantes de los países industriales invertían parte de sus capitales en los países periféricos, sobre todo en ferrocarriles y en otras actividades vinculadas a la producción primaria (producción de alimentos y materias primas).

 

    Además en este período millones de personas se trasladan de países centrales a periféricos en busca de trabajo.

lunes, 15 de abril de 2024

Las etapas de la Revolución Industrial


Primera etapa:
Comenzó en Inglaterra hacia 1760. Se empezaron a utilizar nuevas maquinarias a vapor. A partir de estas mejoras en la industria textil, se modificó la organización del trabajo en una nueva unidad de producción: la fábrica.  A  través de la relación salarial se vincularon dos nuevos grupos sociales: obreros  y burguesía industrial. Canales y ferrocarriles fueron los principales medios de transporte.
Segunda etapa: 
 Se inició en torno a 1870. Se caracteriza por mejoras decisivas en los transportes y comunicaciones, que generaron una economía en escala internacional. Se utilizaron las nuevas fuentes de energía del petróleo y electricidad. Expansión de nuevas industrias eléctrica, química y siderúrgica. Industrialización de Alemania, Francia, EE.UU.
Tercera Etapa: 
Corresponde a fines de siglo XX hasta la actualidad, desarrollo de las tecnologías de la información, electrónica y robótica aplicada a la producción de bienes.

La División Internacional del Trabajo a fines del Siglo XIX

 

Hacia fines del siglo XIX, el desarrollo industrial no era igual en todos los países. En el continente europeo, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Bélgica tenían un importante desarrollo económico. Entre ellos se destacaba Gran Bretaña, que se había convertido en la principal potencia económica mundial.

 

    Los nuevos medios de transportes y comunicaciones permitieron establecer intercambios comerciales aún entre zonas muy alejadas. A partir de ese momento casi todos los países del mundo comenzaron a estar vinculados comercialmente.

 

    Poco a poco, la economía mundial se fue organizando de acuerdo con lo que producía y, por lo tanto, con lo que vendía en el mercado internacional. Mientras los países de Europa Occidental, Estados Unidos y Japón se especializaban en la producción de bienes industriales, el resto de los países se dedicaron a la producción primaria (materias primas y alimentos). A este sistema de especialización de la producción e intercambio se lo denominó División Internacional del Trabajo.

 

    Así, el mundo quedó dividido en dos áreas:

• la de los países industriales o centrales y

• la de los países de producción primaria o periféricos.

 

    Pero no sólo se intercambiaban productos. Grandes empresarios, banqueros y ricos comerciantes de los países industriales invertían parte de sus capitales en los países periféricos, sobre todo en ferrocarriles y en otras actividades vinculadas a la producción primaria (producción de alimentos y materias primas).

 

    Además en este período millones de personas se trasladan de países centrales a periféricos en busca de trabajo.




martes, 9 de abril de 2024

Segunda Guerra Mundial. Documentos

Artículo de http://www.elhistoriador.com.ar/

¿Por qué se tiró la bomba atómica en Japón? ¿Fue una decisión militar de ‘último recurso’? ¿O fue una decisión geopolítica mirando hacia Moscú, que dio inicio a la Guerra Fría? Luego de lo que puede ser considerado el acto terrorista más grande de la historia mundial, la madre del presidente estadounidense Truman comentó: “Me alegra que Harry haya decidido terminar la guerra. No es un hombre lento. Llega pronto adonde va”.
Mientras las tropas soviéticas y norteamericanas avanzaban hacia Berlín, el 1° de mayo de 1945, Hitler se quitó la vida y tres días después Alemania se rindió. Pero las batallas del Pacífico continuaron durante varios meses. Allí, la flota norteamericana avanzaba hacia el Japón, país que en 1941 había bombardeado Pearl Harbor, lo que significó el ingreso abierto por parte de Estados Unidos a la contienda bélica.
Sin la mediación soviética, el nuevo presidente Truman y Winston Churchill, desde Potsdam, exigieron el 26 de julio de 1945 la rendición japonesa, advirtiendo que si no lo hacía, pagarían con la “destrucción total”. Poco antes, el ejército norteamericano había probado la bomba atómica y la amenaza era concreta, también para los aliados, en vistas a los próximos acuerdos de paz.
El 6 de agosto, la aviación norteamericana arrojó la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, al sur del Japón. Tres días más tarde, una nueva bomba destruyó Nagasaki. El 14 de agosto, Japón aceptó las condiciones de Potsdam y el 2 de septiembre firmó una rendición formal. En Hiroshima, murieron en el acto 80 mil personas, mientras más de 300 mil resultaron heridos, falleciendo de forma horrible semanas o meses después. Casi todos eran civiles. Una cifra similar sufrió Nagasaki. La bomba generó un calor instantáneo de 3900 grados y vientos de mil kilómetros por hora. Todavía hoy se sienten los efectos radiactivos y las mutaciones genéticas. Meses antes, Tokio había sido también bombardeada con bombas incendiarias, en el raíd aéreo más destructivo de la historia, que mató a más de 330 mil personas.
                                                                            
De esta forma, los países de la civilización y el liberalismo, ponían fin a una guerra. Estados Unidos dejaba definitivamente atrás su política de aislamiento en el continente. El avión B-29 Enola Gay, que arrojó la bomba sobre Hiroshima, todavía permanece en exhibición en el Museo Nacional del Aire y el Espacio norteamericano.
Recordamos el suceso con las palabras de Albert Camus, publicadas dos días después de arrojarse la bomba sobre Hiroshima.

Cualquier ciudad de mediana importancia puede ser arrasada por una bomba del tamaño de una pelota de fútbol. La civilización mecánica acaba de alcanzar su último grado de salvajismo. Ya se respiraba con dificultad en un mundo torturado. Y he aquí que se nos ofrece una nueva angustia…Nos rehusamos a sacar de tan grave noticia otra conclusión que no sea la decisión de abogar más enérgicamente aun en favor de una verdadera sociedad internacional, en la que las grandes potencias no tengan derechos superiores a los de las pequeñas y medianas naciones, en que la guerra no dependa más de los apetitos o de las doctrinas de tal o cual estado.”
Albert Camus
Fuente: Albert Camus, Combat, 8 de agosto de 1945, en Moral y Política, Biblioteca clásica y contemporánea, Buenos Aires, Editorial Losada, 1978, págs. 57-59.



El Museo del Holocausto de Israel recibió un diario escrito en Polonia por una adolescente judía -Rutka Laskier - antes de ser deportada a Auschwitz. El diario concluye en abril de 1943.
“Si Dios existiera, no permitiría que los seres humanos fueran arrojados vivos a hornos y que las cabezas de pequeñas criaturas fueran aplastadas con las culatas de armas o que asesinaran gente con gas. (…) Tengo la impresión de que ésta es la última vez que escribo. ¡Ojalá todo esto terminara ya de una vez! Esto es un tormento. Es el infierno (...) Me estoy convirtiendo en un animal que aguarda su muerte”, dijo la adolescente unos meses antes de morir. 

Fuente: Diario Página/12, suplemento Radar, domingo 24 de junio de 2007, diario Clarín, miércoles 6 de junio de 2007

INFOGRAFÍA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CLICK