DICTADURA CÍVICO MILITAR 1976-1983
El 11 de mayo de 1974 moría
acribillado a balazos el padre Carlos Mugica cuando salía de la Iglesia
Francisco Solano, donde acababa de celebrar una misa. El “cura villero” adhirió
incondicionalmente al Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo y luchó por
mejorar las condiciones de vida de la gente humilde. Nacido en el seno de una
familia conservadora y antiperonista, Mugica más tarde se volcaría con fervor
al movimiento que lideraba Juan Domingo Perón.
Oración del Padre Carlos Mugica
Señor: Perdóname por haberme
acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor: Yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles 'no sólo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz.
Señor: perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor: Yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles 'no sólo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a la hora de la luz.
Fragmentos de la Carta Abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar
"...1.La censura de prensa,
la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el
asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos,
son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina
después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi
treinta años…El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que
formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su
política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas
para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue
el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso
democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y
agravaron…
2. Quince mil
desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de
desterrados son la cifra desnuda de ese terror…Colmadas las cárceles
ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales
campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista,
observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado
como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones
en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio…
5. Estos hechos, que
sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores
sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los
derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese
gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una
atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria
planificada.
En un año han
reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su
participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada
de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar , resucitando
así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos
coloniales.
Congelando salarios
a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas,
aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y
comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del
9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las
relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los
trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos,
secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron
muertos, y en otros no aparecieron.
Los resultados de
esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de
alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha
desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos
Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con
Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las
parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o
las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido
ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos
militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de
médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror,
los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas
horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política
la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a
media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean
las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque
ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el
río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del
ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única
medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas
abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han
sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%,
una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual
del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó
al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas
mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
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