lunes, 8 de abril de 2019

Texto de Eduardo Galeano (4to Humanidades- 4to. Naturales)



África servida en la mesa de Europa  (de Eduardo Galeano,  en “ESPEJOS”)
…Entonces Europa emprendió, África adentro, la conquista colonial. Antes, los hombres de las tierras frías no habían pasado más allá de los puertos donde compraban negros, pero en esos años los exploradores se abrieron paso en las tierras calientes, y tras ellos llegaron los guerreros, montados en los cañones, y tras ellos los misioneros, armados de cruces, y tras ellos los mercaderes. Las cataratas más prodigiosas y el lago más inmenso del África se llamaron Victoria, en homenaje a una reina no muy africana, y los invasores bautizaron ríos y montañas, creyéndose el cuento de que descubrían lo que veían. Y ya no se llamaron esclavos los negros sometidos a trabajo esclavo.
  En 1885, en Berlín, al cabo de un año de mucho pugilato, los conquistadores pudieron ponerse de acuerdo en el reparto.
  Tres décadas después, Alemania perdió la primera Guerra Mundial y de paso perdió también las colonias africanas que le habían tocado.
  Para entonces, ya hacía rato que Friedich Hegel había explicado que África no tenía historia y que sólo podía resultar interesante para el estudio de la barbarie y el salvajismo, y otro pensador, Herbert Spencer, había sentenciado que la civilización  debía borrar del mapa a las razas inferiores, porque sea humano o bruto, todo obstáculo debía ser eliminado.
  Se llamaron era de paz mundial las tres décadas que desembocaron en la guerra de 1914. En esos dulces años, la cuarta parte del planeta fue a parar al buche de media docena de naciones.

MALVINAS, SOBERANÍA Y MEMORIA 2019


#MALVINAS. LA CARTA DEL MAESTRO-SOLDADO
(Fue escrita por #JulioCao a sus alumnos mientras estaba en las Malvinas. Ejerció la docencia en varias escuelas de La Matanza. Partió a Malvinas en abril, donde murió en combate en junio. En agosto de ese año nació su hija, Julia. La escuela número 32 de Laferrere hoy lleva su nombre).

"A mis queridos alumnos de 3º “D”:
No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: defender la Bandera.
Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos, que como ustedes saben, queda muy cerca de Malvinas.
Y ahora, como el maestro conoce muy bien las islas, no nos vamos a perder.
Chicos, quiero que sepan que a la noche, cuando me acuesto, cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando y que cuando me duermo, sueño que estoy con ustedes.
Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo pido volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes."
Afectuosamente Julio"

Fuente: Revista Sudestada


"A LOS SOLDADOS LES DOLÍA EL ALMA"

* Por Alicia Reynoso,
enfermera veterana de la Guerra de Malvinas.

Esta es una historia que muchos prefieren seguir invisibilizando. En 1980, la Fuerza Aérea había incorporado mujeres en sus filas y nosotras estábamos dentro como enfermeras. Cuando inició el conflicto bélico en el 82, hace 37 años, nos ordenaron ir. Allá fuimos, con el sentimiento de que estábamos recuperando un pedacito de nuestra tierra y de que era un orgullo formar parte de esa gesta. Sin embargo, ninguna de las mujeres arribamos a las Malvinas, porque nos reubicaron en Comodoro Rivadavia para asistir a los heridos que irían llegando.

Recuerdo que éramos 14 enfermeras de la Fuerza Aérea, todas muy jovencitas entre 22 y 24 años, con miedo y con muy poca experiencia en la profesión. Imposible olvidar lo que nos contaba la mayoría de los chicos: “Vengo a recuperarme y vuelvo a la Isla”. Pasaban hambre y frío, pero querían regresar porque tenían a sus hermanos en las trincheras. Durante las madrugadas llegaban los heridos con un gran dolor físico, es cierto, pero sobre todo a los soldados les dolía el alma. Entonces, también hacíamos de madres, de hermanas, de psicólogas, porque al deseo de recuperar Malvinas se le mezclaba la desesperación que tenían por retornar a sus hogares.

Todavía hoy escucho el único grito que retumbaba en los pasillos: "Mamá, mamá, mamá".

Las mujeres estuvimos codo a codo con los hombres en todo momento de la historia. Ni adelante ni atrás: a la par. Así sucedió en el 82, porque dudo que los combatientes pudieran abrir la panza de un compañero para curarlo, así como yo no hubiese podido volar un avión. Sin embargo, tenemos una cultura que niega a las mujeres y que buscó borrar nuestra identidad de la historia. De hecho, ningún gobierno nos recibió ni nos escuchó. Y menos aún recibimos una pensión, luego de que el gobierno menemista implementara la Regla de las Millas, que implicaba que quien no cruzara determinada cantidad de millas no era reconocido como veterano.

Pero no pudieron relegarnos: acá estamos, recordando, gritando, visibilizándonos.

Hoy, 2 de abril, y cada día del año, me pregunto si el olvido y el silencio no son formas de violencia. Porque si no se comprende que nuestra democracia se consolidó con la sangre de los pibes, se desconoce en realidad el significado de soberanía. Por eso le pido a la sociedad que cuando vean a un veterano, y cuando vean a una veterana también, nos hablen, no nos ignoren, porque escucharnos representa una contención vital que el pueblo todavía puede brindarnos.

Malvinas es de todos. Malvinas es de todas.
No debemos olvidarnos.
Fuente: Revista La garganta Poderosa 


¿Qué guerra/s vivieron los soldados en Malvinas? 

El 6 de junio (ocho días antes de la rendición argentina) Miguel Gallotto logró llegar por sus propios medios y sin autorización oficial hasta el buque hospital Bahía Paraíso atendido por la Cruz Roja. Caminó unas siete horas solo y de noche por un campo minado. Atravesó un camino cenagoso, difícil. Tenía poca fuerza por el bajo peso pero también esa pulsión de vida que te permite sobrevivir. Una vez en el barco lo vio el doctor Oscar Rojas, un médico que se ofreció como civil voluntario en las islas. El Dr Rojas le diagnosticó “avanzado estado de desnutrición” y principio de pie de trinchera.
Miguel cuando llegó a Malvinas medía 1,90 m de altura y pesaba 75 kilos. Cuando lo revisó el Dr. Rojas, pesaba 34 kilos.
El médico le tomó una fotografía que nunca mostró hasta el año 2015. En ese año el periodista de Telefé Ignacio Girón haciendo una nota sobre voluntarios en Malvinas entrevistó al médico y allí conoció la foto. Buscó y encontró al soldado y logró producir el reencuentro muy emotivo con el cual realizó un informe para el canal.
Recién en el 2015, 33 años después de finalizada la guerra, pudimos conocer esta fotografía que escapó al control militar.
Una imagen del hambre que pasaron los soldados. La prueba de la desnutrición extrema que sufrieron muchos de quienes fueron enviados por la dictadura militar a combatir en Malvinas.
Lamentablemente el operativo de censura y silencio alrededor de lo vivido en las Islas que montaron las Fuerzas Armadas fue efectivo.
Para publicar esta foto le pedí permiso a Miguel Galloto quien me dijo que si, que la muestre para que se sepa la verdad de lo que vivieron los soldados en Malvinas.

Facebook me censuró la foto completa en la que se veía a Miguel desnudo así que comparto ahora un recorte de la foto para que igual se vea y se conozca su historia...

6 de junio de 1982, Islas Malvinas, foto tomada por el Dr. Oscar Rojas arriba del Buque Paraíso.

La foto y la historia fueron recuperadas por Diego Sanstede para la Muestra Anual de ARGRA del año 2017. Allí en el marco de la exposición “Malvinas. Memoria de la espera” pudimos escuchar y conocer a Miguel y al Dr Rojas.
Esto que escribo forma parte del trabajo de investigación que estamos realizando en el Proyecto “El regreso de los soldados de las islas Malvinas: la trama del ocultamiento”, Convocatoria Malvinas en la Universidad, que compartimos con Maria Laura Guembe, Vanina Agostini y María Celina Flores.
Fuente : DEL MURO DE Cora Gamarnik


miércoles, 3 de abril de 2019

IDENTIDAD Y CULTURA

IDENTIDAD Y CULTURA
  Cada uno de nosotros es un ser particular y único. Tiene determinados rasgos, carácter, gustos, preferencias, nombre, historia personal. Estas son algunas de las características que nos constituyen en seres singulares, particulares, con una identidad personal. 
  Pero, al mismo tiempo, somos seres sociales, formamos parte de grupos: familia, amigos, simpatizantes de un club, partido político, país, continente.  Por eso teneos también una identidad grupal con gustos, costumbres, historia, símbolos, proyectos,  que nos diferencian de los miembros de otros grupos. 
  Ya sea personal o grupal, la identidad es la imagen por la que nos reconocemos como individuos y como miembros de los grupos a los que pertenecemos. Esa imagen es una construcción simbólica, que se da en un determinado contexto cultural.  No podemos considerarla como un molde independiente de los individuos y en el que ellos encajarían. Los grupos y los individuos construyen su identidad, es el resultado de una selección y ordenamiento de recuerdos y símbolos. A partir de esta construcción simbólica comenzamos a reconocer lo que nos resulta familiar y lo que nos resulta extraño.  Como consecuencia:
-La identidad no es algo dado de una vez y para siempre, es producto de las actividades que realizamos y que se realizan en la sociedad a la que pertenecemos; tiene por lo tanto, un desarrollo histórico.
-La identidad no puede existir independientemente de los hombres, cada identidad es simplemente una manera, entre las muchas posibles, de reconocerse y verse como persona o como parte de un grupo.
-Si en el proceso de construcción se eligen, ordenan y hasta se inventan símbolos y recuerdos, tenemos que aceptar que  lo que les resulta familiar a algunos puede resultarle extraño a otros.
-Para comprender las identidades, debemos pensarlas dentro de los contextos culturales en los que se construyen y tienen vigencia, para poder descubrir la forma en que se generan y quiénes las elaboran.

Identidad personal y grupal como derecho
  La imagen que tenemos de nosotros mismos es resultado de una compleja construcción psicológica que comienza con nuestros primeros años de vida. Su construcción es un proceso social, ya que se desarrolla en la convivencia con los otros.
En 1989 la ONU aprobó la  “Convención Internacional de los Derechos del Niño y del Adolescente. Este hecho tiene una doble importancia: que los niños son sujetos tutelares de derechos y que los adultos y los estados deben proporcionarles protecciones especiales. Esta Convención tiene jerarquía constitucional en nuestro país desde 1994. Los artículos 7,8 y 11 se refieren al derecho a la identidad. 
También se reconoce el derecho a formar grupos y a disfrutar de los elementos que componen su identidad grupal (art. 15 y 30)

La identidad nacional
 Construimos nuestra identidad grupal según diferentes referentes, por ejemplo un equipo de fútbol o nuestra escuela.  Al elegir como referente a la nación –nos identificamos como chilenos, argentinos, peruanos- tenemos una identidad nacional, que compartimos con otros. Los elementos que forman los marcos de referencia de esa identidad son  varios: vivir en un mismo territorio, hablar un mismo idioma, reconocer una historia en común.
No siempre las sociedades se han organizado en naciones, ni siempre ha habido una identidad nacional. Es a partir del siglo XIX que lo nacional se se elige como un principio unificador de individuos y generador de una identidad.
La idea de nación está asociada a la concepción de un determinado espacio o territorio, y a los intereses comunes de diferentes grupos que viven en ese territorio. Pero para aunar esto, deben ponerse en marcha mecanismos que permitan agrupar a los individuos según estos dos criterios, para que se identifiquen con una misma imagen, la de la nacionalidad.
La identidad nacional es una construcción cultural que implica:
-la consideración de un territorio como espacio delimitado políticamente y como patrimonio material y cultural que debe ser defendido, porque es el contexto en el que se desarrolla la cultura de un país;
-la elaboración de una historia que funciona como un pasado común y que permite la identificación de los individuos a lo largo del tiempo;
-la elaboración y selección de una serie de símbolos identificatorios.
Junto con estos tres factores, la lengua sirve como un elemento aglutinador que refuerza la identificación.